Aproximadamente 3.400 millones de personas en todo el mundo nunca han sido expuestas al mensaje del evangelio. Es crucial seguir priorizando nuestros esfuerzos para llegar a estas comunidades y establecer iglesias entre ellas.

El establecimiento de iglesias en estas regiones no solo proporciona una plataforma para difundir el evangelio, sino que también establece una red para apoyar a los creyentes. Estas iglesias actúan como centros espirituales donde las personas pueden reunirse para adorar, aprender y fortalecer su fe. Sirven como faros de esperanza y pilares de fortaleza para esas comunidades. Más allá de la mera difusión de un mensaje o una religión, implica cultivar relaciones, fomentar la comunidad y producir una transformación social.

A través de estas iglesias, los creyentes pueden recibir orientación, asistencia y un sentido de comunidad, en lugares donde, muchas veces, tienen que vivir bajo una gran presión debido a sus creencias.

Por lo tanto, mientras nos esforzamos por alcanzar a los no alcanzados y llevar el evangelio a aquellos que aún no lo han escuchado, enfatizamos la importancia de ayudar a establecer iglesias en estas regiones. Al hacerlo, empoderamos a los creyentes y sentamos las bases para una influencia duradera y transformadora en las vidas de miles y miles de personas en todo el mundo.